martes, 1 de abril de 2008

Guayabo, mas alla de las Piedras

COSTA RICA

En Turrialba, al amparo de su volcán,
yace un vestigio de un pasado Huetar. Refugio espiritual de nuestros ancestros, conciliadores siempre con nuestra divina madre naturaleza, supieron dejar plasmada una obra que aun al paso de los siglos sabe expresar al oído atento un mensaje de gran fuerza espiritual, para aquellos que saben que un templo no es solamente un lugar cerrado, que una escuela no es un edificio, que un refugio de paz no es solo un lugar en el mapa inalcanzable, inexpugnable a aquellos a quienes no queremos recibir, sino mas bien un estado al que llegamos interiorizándonos y luchando intensamente contra nuestros enemigos: los yoes, que cual circulo de piedra, en gran cantidad se mantienen constantemente en lucha intima.

En Costa Rica tenemos varios parques nacionales y un Monumento Nacional, este titulo ha sido otorgado a Guayabo en 1973, por su diversidad biológica y la presencia del sitio arqueológico.

Guayabo esta ubicado a 19 kms al norte de la ciudad de Turrialba, a una altura promedio de 1100 mts sobre el nivel del mar. A la fecha se ignora su verdadero nombre indígena. El lugar actual comprende unas doce hectáreas, pero los estudios han podido determinar que la extensión del sitio alcanza una 32 hectáreas.

La región de Guayabo y el valle medio del Reventazón poseen importantes posibilidades para intentar dilucidar problemas y determinar las raíces indígenas de la cultura costarricense, su respuesta al medio ambiente, así como la solución de sus viviendas y sistemas de organización del asentamiento. Ya que los asentamientos y sus viviendas son un reflejo directo de las actividades sociales y culturales.

El sistema constructivo utilizado se puede considerar como autóctono, ya que en nuestro territorio se encuentran los elementos arquitectónicos precursores de este complejo y las soluciones dadas son la respuesta llógica a las condiciones climáticas del área

Las dimensiones de las calzadas son muy variadas, sin embargo puede decirse que la calzada que desemboca en el montículo principal es la mas ancha y larga del sitio destacándose así su importancia. Las calzadas junto con el sistema de transporte de agua y el de evacuación de aguas pluviales constituyen un todo que se complementa mutuamente y da solución a los problemas de erosión, captación y transporte del agua.





















La forma circular de los montículos hace que existan varias rotondas en el sitio, y es bien sabido que este tipo de tránsito es descongestionante comparado con el de “esquinas”.

La maestría de sus habitantes en aprovechar la topografía, resolvió a la perfección el problema de la poca superficie plana y de lo ondulado del terreno construyendo a diferentes niveles, lo que dio al sitio un carácter secuencial y por lo tanto una gran riqueza de perspectiva.

Entre los rasgos arquitectónicos mas importantes de Guayabo están los 43 montículos existentes, éstos varían en su forma y tamaño. El montículo central es el más sobresaliente, es el segundo en extensión’ y el más alto, se encuentra físicamente separado de otros por la calzada que lo rodea, posee dos sistemas de gradas, una al oeste y otra al este, lo que nos ubica en una relación de tipo solar para un elemento que es el eje central de un complejo místico, donde la autoridad principal es el chaman o guía espiritual del pueblo. La entrada este esta además en relación con la “plaza” y con la entrada al complejo, pues desde esta entrada se observa de una manera majestuosa este montículo, si utilizamos además un poco nuestra imaginación nos damos cuenta de lo majestuoso que era llegar a ese lugar, al que se debe acceder por una escalinata, a ambos lados de la cual había dos construcciones rectangulares, todo formando un acceso restringido por el que había que pedir permiso para entrar.

Las formas significativas son el círculo, la elipse y el rectángulo; las demás son el resultado de la combinación de rasgos arquitectónicos, al adaptarse a la forma de otros elementos.

A pesar de la diversidad de tamaño, todos los montículos fueron construidos utilizando la misma técnica. Se colocaba un círculo de piedra y se rellenaba con tierra, luego ésta se compactaba y sobre esto se colocaba otro círculo de piedra que a su vez se rellenaba con tierra apisonada; este proceso se repetía una y otra vez hasta alcanzar la altura deseada. Este sistema garantizaba una estructura estable ante las fuerzas gravitacionales, una adecuada distribución de cargas a la superficie del suelo y una protección contra la humedad.

Es de resaltar además las construcciones cónicas , construidas a partir de un modelo cósmico. En efecto basados en la creación del mundo por Sibú, nuestros antepasados de estas zonas construían sus viviendas para emular que lo que “es arriba es abajo”, haciendo de su vivienda un modelo microcósmico del universo, tomando todavía más sentido en un centro a todas luces de carácter ceremonial y de gran importancia para la región.

Para entender Guayabo, lo mejor es ir ahí y tomarse su tiempo para reflexionar en lo que allí vemos, tratando de “conversar con las piedras”, pues Guayabo no esta muerto, esta todavía vivo para aquellos que solícitamente con sensibilidad tratemos de captar su esencia y la fuerza que allí permanece aún, a pesar de tantos embates.

Manuel Melendez
Revista Koradi Costa Rica No. 19