El líder puede actuar como un guerrero o como un curandero.
Como guerrero, el líder actúa con poder y decisión.
Éste es el Yang o aspecto masculino del líder.
Casi siempre, sin embargo, el líder actúa como curandero
y se encuentra en un estado abierto, receptivo y nutritivo.
Éste es el Ying o aspecto femenino del líder.
Esta mezcla de hacer y ser, de guerrero y curandero, es a la vez productiva y potente.
Hay un tercer aspecto del líder: Tao.
Periódicamente, el líder se aparta del grupo y vuelve al silencio, vuelve a Dios.
Ser, hacer, ser… y luego: Tao.
Me aparto para vaciarme de lo ocurrido, para volver a llenar mi espíritu.
Un gran guerrero no interviene en todas las oportunidades que ofrece una batalla.
Un curandero experto se toma tiempo para alimentar su ser y el de los demás.
Tal simplicidad y economía son una valiosa lección que afecta profundamente al grupo.
El líder que sabe cuándo escuchar, cuándo actuar y cuándo apartarse,
puede trabajar eficazmente con cualquiera.
El Tao de los líderes de John Heider
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